bUsCaR (en este blog ó en internet)

02 octubre 2008

OjO cOn LoS vAmpIRos dEsAmOrAdOs


Hoy me dí cuenta de algo que yo mismo hacía

Que la gente cuando no quiere amar -o no puede- busca enojarse con el otro, encontrarle
alguna falla, forzar el error y así justificar en ese resbalar del otro la razón del desamor
propio

Qué tristes somos los mediocres amantes que, tortuosos, ponemos esa clase de trampa en los
piés del que nos ama para castigarlo después con nuestro desamor que ya estaba allí antes de
la trampa.

Por qué no decir no, no te amo. Mirá, me sos indiferente; no siento que seamos el uno para el
otro... No sé. Algo que pueda doler con sentido.

Pues estos buitres no pueden eso. Lo sé, yo mismo lo he sido tantas veces.Sólo pueden denigrarnos diciéndonos todo el tiempo cuánto les estamos y les hemos fallado. Pa
qué llamas? pa decirme eso? te hace feliz mi sufrimiento? No creo... Es más bien
autoconvencimiento; esquivada de culpas de aquellos que necesitan que los amemos a pesar de
no saber hacerlo ellos.

A este vampirismo yo lo combato con esceptisismo; no les creo.

Y esa es la estaca que peor les duele.

Porque el problema del que ama es que cree. Y estos se saben el cuento al dedillo, mira. De hecho, cuentan con ello.

A mí, por ejemplo, una niña muy suelta de cascos me ha dicho que no volvería a confiar en mí
un minuto después de prevenirme que tenía una marca en la espalda fruto de un escarceo con su "amigo" de lo más reciente. Y me lo ha dicho sentada en la cama mientras le sacaba su blusa!!!

De no creer... y esa es la mujer que amé.

Vaya que había vampiros por estos lares.

15 septiembre 2008

uN OjO aL aMoR qUe nO dA


Y... alguna vez tenía que hablar del amor. Tenía que ser.

Actividad u oficio en la que me considero poco menos que un experto, debo reconocer que tiene esto su particularidad, a saber:

El experto en amor es el que más ha fracasado.

Paradoja? No sé. Ya veremos al final de esta entrada si es así o no.

Para arrancar, diré que esto que llamamos en occidente "amor" es una construcción más o menos masoquista que pugna por empujarnos a abismos de necesidad, compulsión, felicidad incierta y desmesurada y, por último, deseo de asesinar al ser amado.

O sea que de "amor", poco. Porque "amor", segun libros como La Biblia, por ejemplo, es "darse".

Porque resulta que hemos estado contaminando esa idea de amor con novelas románticas de corte trágico desde el renacimiento, las que, si bien resultan muy atractivas al lector (hoy día también televidente) no tienen en cuenta que, como diría Victor Hugo, que "la Vida imita al Arte".

Verdad de las verdades, los occidentales hemos venido confundiendo dolor con amor, cosa que Freud ha calificado como "relación amor-odio", en opinión de él "inevitable".

Y siguiendo con Sigmund y sus antagonistas / secuaces, hay un elemento que no se debe subestimar, y eso es la adrenalina sexual.

Pues es que la "pelea" es inherente al encuentro sexual, y funciona como disparador de la pasión: en el mundo animal los cachorros juegan a morderse para prepararse para la conquista de la hembra cuando llegue la adultez; de hecho, las hembras del mundo animal suelen pelear al macho para constatar su aptitud fisica para asegurar una perfecta descendencia. El macho viejo no puede seguirles el tren, digamos.

Y volviendo a la pelea cuerpo a cuerpo, esas disputas explosivas en las parejas tienen como objetivo sacarlas de la rutina y llevarlas a un terreno más "animal", donde la pasión prime sobre el pragmático tedio del día a día. Así también, es una forma de chequear que el macho o hembra están todavía aptos (en este caso más psicologica-espiritualmente que físicamente, Viagra mediante).

En otras palabras, muchas veces peleamos hombre contra mujer / mujer contra hombre para llamarle la atención al otro y/ó testear si todavía está interesado. Porque en una pareja de años, qué hay más dulce que las reconciliaciones? Si seremos perversos, eh!!

Sin embargo, en Oriente el amor se basa en otros conceptos mucho menos pasionales, porque desde ya que NO se confunde sexo con amor (otro grave error romántico, digámoslo!!!).
Entonces, no es necesaria esa adrenalina (que se consigue en otra parte quizás) para mantenerse junto al ser amado: El amor en Oriente es más bien equlibrio (igualmente puede fallar, diría Tu Sam).

Y este punto es clave para entender las dos fuerzas en juego: Amor vs Egoísmo.

Mientras que si del amor depende el sexo yo me aseguraré de enajenarlo para mí, cuando van por carriles separados sólo me dedicaré a cuidar de mi amor sin posesividad, ya que es un sentimiento menos mezquino no habiendo nada que enajenar.

Y cómo no odiar al ser amado, a ese que queremos poseer y es imposible por ser externo, otro... qué deberíamos hacer? comérnoslo como hizo ese chino en Paris con su amante?

Pero claro, cómo explicarle a mi amigo que el hecho de que su mujer se acueste con otro no sería tan grave si ella, para hacerlo, no se armara la ficción de que está "enamorada" y simplemente se hubiera tirado una cana al aire antes de volver a casa? Así es, él la quiere para él solito, por eso ella se buscó otro. A causa, consecuencia.

Porque la verdad verdadera es que nadie quiere ser castrado, a menos que lo elija por sí mismo.

"If you love somebody, set them free" (Si amas a alguien, déjalo libre...) dice la canción de Sting.

Tan libre como para qué? es la pregunta...

That is the question...

29 agosto 2008

uN OjO a lA vIdA sIn sAtEliTeS


Estando en el campo, en una suerte de retiro autoimpuesto, me encontré ante la inevitable oportunidad de aislarme involuntariamente.

No es que yo no supiera que tal vez mi teléfono celular no habría de funcionar en esa zona del sur de la Provincia de Misiones donde recalé por una semana y algo. Pero uno no toma conciencia de cuán aisaldo estará hasta que lo está.

Intentar recibir o enviar un mensaje de texto implicaba movilizarse kilómetros debido a la muy mala o nula recepción de señal que los señores de Telecom se complacen en llamar "servicio", y por el que cobran a estos usuarios tarifa plena aun sin proveerla ni contar con red de telefonía fija para los pobladores de esta parte de la Argentina.

Así las cosas, uno se adapta a no vivir el minuto a minuto ni al día pendiente de la tecnología, sino que adopta otros criterios de organización para enfrentar la imposibilidad de contar con la e-ramienta.

Y así es todo en el campo.

Pero lo verdaderamente interesante es que el hombre (o al menos este hombre), ante tal desafío de paciencia, reconoce que alguna vez vivió sin celular. Alguna vez quien escribe y ustedes, casi todos ustedes, vivieron una vida que prescindía de tales artilugios y sin embargo nadie se moría por esa carencia.

El problema radica en el resto.

Me encontré entonces con que no es uno sino los otros los que no pueden adaptarse a esa nueva circunstancia. Esos que estan acostumbrados a tenernos a mano en cualquier momento (incluso en momentos en que no deberían pretendernos disponibles), se encuentran perdidos ante nuestro silencio o nuestra tardanza de un día o dos en responderles. Pasan a considerarnos "especimen desubicado inaccesible".

Pero, y más allá de los avatares que esto pudiere ocasionarnos, lo notable es que de tan immediatos no hemos vuelto disponibles, a tal punto que la no disponibilidad inmediata crispa, enherva, desestabiliza a nuestros frustrados interlocutores.

Y ese es un mensaje peligroso que la tecnología nos empuja a reproducir a cada paso que da: ya nadie tiene derecho a ser un especimen inaccesible sin pagar el precio por ello.

Y ese precio puede ir desde el reproche amoroso al fracaso profesional o la caída de un buen negocio.

Y todo por culpa de Telecom...


06 agosto 2008

eL OjO nO sE vEndE... cUáNtO hAy?


Es un mundo cruel éste en el que vivimos, no?

Las cosas que se hacen por guita!!!

Criar animales par matarlos a golpes por una piel puede ser cruel, pero al menos no es perverso (creo... lo estoy pensando).
Y hay peores!!!

Hay quienes adulteran o falsifican medicamentos humanos por hacerse unos mangos y terminan matando gente (podrían ser sus amigos, familiares...!!); hay otros que adulteran alimentos, o cambian las fechas de vencimiemto de los mismos (es más común de lo que creemos!!) Cómo saben que ellos mísmos no van a terminar ingiriéndolos??; están los que someten niños o los venden cuando son bebés (y los que los compran!!!!)...

Hay quienes estafan a jubilados... y hasta cajeros de banco que se les quedan con las monedas a los pobres viejitos!!! O bien, funcionarios que por unos mangos entregan registros de conducir a personas sin la mínima capacidad o responsabilidad para manejar un auto, sin darse cuenta ni importarles que quizás ese tipo mañana atropelle a un amigo, familiar o quizás al mismísimo corrupto que se los facilitó.

Están los que hacinan ancianos en hospicios para quedarse con la jugosa mensualidad que sus familias pagan por librarse de ellos...

Y qué decir de los que organizan reuniones multitudinarias en sitios cerrados, superpoblándolos de personas para ganar un poco más dinero del debido y sin contar con salidas de emergencia adecuadas, por ejemplo: Aquí no hace mucho hemos lamentado casi 200 muertos por ir a ver a una banda de rock (absurdo!!).

Hace poco me tocó (por trabajo) traducir unos folletos orientativos para WU (Western Union) donde se le hacía saber al publico que si él incitaba a sus clientes a que le enviaran dinero a través de WU, él recibiría U$S 5.000.- en caso de fallecimiento del remitente del dinero. perverso es poco!! Imaginen a los destinatarios en aprietos económicos, rezando para que el que manda el dinero tenga un accidente o algo, jajaja... La deseperación todo lo puede!

Vendemos niños, alquilamos vientres; comercializamos nuestra sangre para transfusiones; nos prestamos a experimentos médicos poniendo en riesgo nuestro cuerpo; abrazamos carreras peligrosas aceptando retos de locos; nos desnudamos para bailar ante desconocidos, vendemos nuestro sexo; explotamos niños para pedir monedas en las calles; ufff...
Qué más se podría hacer por guita? Vender a la madre?
Y cuánto te van dar !!!

27 julio 2008

OjO: nO dIGaS lO qUe nO qUieRaS qUe sUcEdA


A menudo me planteo qué relación de sometimiento hay entre lo que decimos (en broma o en serio) y los que nos sucede a diario, en la vida.

En alguna parte de nuestro inconsciente cultural anida la creencia de que discurso y realidad van por caminos diversos y separados.

Quizás la razón para tal aseveración radique en tan mentada costumbre occidental de elaborar un discurso "políticamente correcto" de cara a la sociedad que nos alberga, de manera que ese discurso oculte bien aquellas falencias sociales o sospechosamente "disfuncionales" que padecemos.

A eso se le llama "Inseguridad". También "Hipocresía". Ambas, esencia, socialmente aceptadas.

Bueno, así vamos por la vida diciendo lo que los demás deberían querer oír (o al menos eso creemos); pero tambien vamos dando pistas de nuestro verdadero "yo fáctico" o -peor aun- de nuestras peores fantasías, a veces xenófobas, a veces racistas o de inusitada violencia intelectual y/o sexual.

Y bueno, nadie es perfecto; ni siquiera para ser un perfecto hipócrita...

En oriente, sin embargo, se tiene una cosmovisión diametralmente opuesta.

Se considera a la palabra la espresión del ser, no la herramienta de negociación social de hombre. En ese sentido, dibujar en el aire con palabras una idea ensoñadora de uno mismo sería desleal y hasta dañino.

Y es que lo es.

Lamentablemente, en la larga lista de expresiones que la fraseología moderna nos ha regalado no hay ninguna que diga: "Dime de qué hablas y te diré quién eres".

Y no porque sea verdad lo que uno diga y nos haga lo que somos, no. Sino porque, a la larga, nos terminamos creyendo eso que decimos de nostros, de tal modo que sufrimos una suerte de mutación simbiótica para con lo que repetimos una y otra vez. Eso que en ciertos ámbitos se da en llamar "Afirmación".

La afirmación no es otra cosa que reafirmar algo tantas veces como sea necesario hasta que dicha conducta se haga carne en uno. Es la idea basal de la plegaria, por ejemplo.
Todo rezo es una suerte de técnica de afirmación.

Entonces, para qué pasarse la vida afirmando y reafirmando lo que uno NO quiere ser sino vender a los otros. En otras palabras, por qué vender lo que somos a los otros, nuestro ser?

Será que no nos dimos cuenta que la sociedad nos necesita tal cual somos, con nuestras falencias y nuestros pequeños esfuerzos por superarlas; con nuestros diferentes puntos de vista y opiniones que enriquezcan el debate diario. Con nuestras conductas diferenciadas, pero respetuosas de las las de los otros. Con nuestros gustos variados y no por ello irreverentes.

Será que no nos interesa ser nosotros mismos?

13 julio 2008

uN OjO aL cOnFliCtO cAmpO vS gObiErNo


Y así estamos.

Que el gobierno es un recaudador tiránico al estilo medieval; que el "campo" (término que englobaría desde el señor feudal S.XXI hasta las hormigas coloradas) pretende derrocar un gobierno constitucional "y popular".

Vienen y van. Van y vienen. Se repiten acusaciones absurdas (y no tanto, las menos); improperios absurdos (y no tanto, los más jajaja). Nadie parece detenerse ante lo extemporáneo del adversario con un racional " No contestaré a esa provocación".

Por el contrario, cada actor aprovecha el despiste verbal/actual del otro para justificar el propio, algo muy nuestro y criollo como la metida de pata.

Y yo me pregunto: Dónde se olvidaron el modelo de pais, eso que damos en llamar "Política de Estado"? Debe ser un papel muy chiquitito, una esquelita escrita en alguna servilleta de café, dado que nadie parece encontrar eso que TODOS reivindican, más o menos explícitamente.

Porque ambos lados dicen defender (y de hecho lo hacen) un modelo de país: el problema es que ninguno de los dos sabe cómo es ese modelo.

Del lado del gobierno, el conflicto no es más que un boicot al "proyecto popular de redistribución de la riqueza": Pues en ninguna parte se ha publicado CÓMO se la ha de redistribuir, y algunos pícaros de siempre aprovechan esa desinformación para especular que quizás el gobierno quiera darse más gustos que hasta ahora con ese dinerillo extra, o bien seguri financiando el "No Trabajes" de los planes sociales, en lugar de utilizarlo para desarrollar estrategias de reinserción laboral / social / económica / educacional de los más necesitados.

Del lado de campo, lo que pretende el gobierno es sacarle a ellos abusivamente para seguir fincanciando el gasto público del aparato estatal-totalitario que pretende ser omnipresente, omnisciente y omnívoro.

Y del lado de la gente?

Bueno, de lado de la gente está la frustración; la sensación de que esta comida que es la política nacional se cocina en ollas que nadie que no sea K puede revolver siquera. Y que los ingredientes de esa comida los maneja un grupo de patoteros que la venden a precio de oro.

Así y todo, el comun de ciudadano parece considerar más simpática la postura del que lo desabastece; y eso por qué? Porque el poder que se ejerce desde La Rosada no cae simpático a nadie, ya sea por estilo de conducción, por tendencia ideológica, por exceso de liderazgo o bien porque la sensación esa de omipresencia omnívora resulta asfixiante para el vulgo no movilizable por los intereses de ninguno.

Pues entonces quién lo tiene? dice el juego.

Y esa es la respuesta y la pregunta: No se trata de la pelea de dos pelados por un peine, no.Es la pelea de dos peines por hacerse de un pelado.

Pero el pelado, todavía no vino. O al menos nadie lo conoce aun.

Voy hasta la ruta por unas papas. Chau

30 junio 2008

OjO cOn eL mErcAdO dE cOnsUmO


Había una vez una niña apellidada Mercado.

Esta niña, inocente cuan campechana, solía cruzar el bosque que separaba su casa de la de su abuelita munida de una canasta de manzanas.

Pero un día se atravesó en su camino un lobo conocido como Capitalismo Salvaje.

Mercado interrumpió su lento pero seguro andar al ser interceptada por este lobo, quien con modos muy sensuales se dirigió a ella cortezmente. Y es que por entonces Mercado ya estaba en edad de merecer.

Cansada de tanto ir e ir rumbo a lo de la Abuelita Producción siempre siguiendo el mismo rutinario camino, prestó atención a las palabras del lobo.

- ¿Haz pensado en vender esas manzanas?, le propuso él.
- Abuelita me hará un rica tarta con ellas
- Y tú, ¿que haces con esa tarta?, interrogó el Lobo
- Pues... ¡me la como!, respondió Mercado, casi sorprendida por la obviedad de la pregunta.
- Y por qué no la vendes? Podrían darte mucho más dinero por la tarta que por las manzanas..., insistió él.
- Pero... ¿Por qué querría yo dinero en lugar de disfrutar de una rica tarta hecha por Abuelita..?, le respondió la niña, totalmente contrariada.
- Porque con dinero podrías comprar más manzanas y así fabricar más tartas..., la incomodó él.
- Gracias, pero yo sólo necesito una sola tarta para disfrutar, y además sólo tengo una abuelita, y ella no puede hacer más que una tarta por día. No necesito más que eso para ser feliz..., sentenció ella muy segura de sí.
- Bueno, que tengas un buen día, Mercadito..., se despidió el lobo mientras pergeñaba su plan.

El Lobo Capitalismo Salvaje dejó a Mercado y fingió irse, pero no hizo más que tomar un atajo y llegar antes a la casa de Producción.

- Buenos días, señora Producción..., se presentó el lobo. He venido a proponerle algo muy interesante..., agregó desde la ventana de la cocina donde la abuela Producción preparaba la masa de la tarta cuyas manzanas traería Mercado.
- Váyase, fuera..., lo despachó la abuela, que era de pocas pulgas. No necesitamos vendedores aquí...
- No soy un vendedor, señora Producción..., soy amigo de Mercadito..., presumió él buscando hacerle bajar la guardia.
- Bueno, siendo así pase y tómese unos mates conmigo hasta que llegue mi ñieta..., invitó ella.

El lobo aprovechó esa invitación para franquear la puerta de la que sería, a la postre, su víctima.

Para cuando su ñieta llegó, la abuelita Producción había sido deglutida por el Capitalismo Salvaje y en su lugar, en la cama, el lobo Capitalismo Salvaje la esperaba disfrazado de ella.

- Dulce Mercado..., dijo el lobo usurpando la voz de la vieja Producción; te esperaba ansiosa...
- Pero abuelita..., dijo la niña, ...¡qué voz tan grave e intimidatoria tienes!...
- Es para convencerte mejor... , dijo él.

Y así estuvieron un buen tiempo, como ya todos sabemos...
Esta historia continuará... (hasta cuando?)
El final? El de la abuela...

20 junio 2008

uN OjO piAdoSo aL HinCha dE fÚtbOl


Tanto se dice de oprobioso -y muchas veces con razón- acerca del simpatizante de fútbol argentino (puedo decir "sudamericano"?), que hoy me pongo a la tarea de rescatar lo noble que aun le quede.

Y es que siempre, por impacto de los medios o por simple morbo ancestral, nos vamos con la idea de lo malo, peligrosos, deshonesto de quienes pueblan las gradas de esos convocadores de masas que son los clubes de fútbol de esta parte del mundo.

Y con razón muchas veces.

Pero más allá de Barras Bravas y mafias -que existen y ojalá algún día ya no-, hay uno, cien, miles de hinchas humildes capaces de epopeyas poco creíbles con tal de estar cerca, de apoyar a los colores de su corazón futbolero.

Qué decir de aquél hincha de Tigre que, a pesar del riesgo que suponía, fue a dar aliento a su equipo a los pagos de Nueva Chicago. A sus 40 y algo desoyó a aquellos que le decían: "Te van a matar..." Y fue así nomás. Cómo olvidarte hermano! Dejaste la vida ahí.

Qué epíteto merecen hinchas de Racing Club, o de equipos como Rosario Central? Unos porque sufren mucho más de lo que gozan, y sin embargo se desesperan por una entrada cada domingo. Los otros porque cada partido de visitante presupone un largo viaje que siempre se emprenderá, sin importar la magnitud de rival o la instancia que el equipo se juega.

Esta noche de viernes, invierno y 4ºc, llueve, están jugando Argentinos Juniors y Rosario Central. Y ahí están todos: unos y otros que no paran de gritar. Los jugadores, agradecidos!

Hay cosas que ni los peores estigmas pueden corromper.

Valga esta entrada como humilde homenaje a todos ellos.

Hasta el domingo, y que gane San Lorenzo!

17 mayo 2008

OjO a nUesTrOs eStaDOs aLtEradOs


Ayer tomé dos taxis.

Fuimos con mi alumno de español -un hombre inglés llamado Mark que vive ahora en Buenos Aires con su pareja argentina, Lili- hasta el departamento que está remodelando en el Barrio de Palermo.

Es habitual que tengamos la clase mientras él hace algunas compras o diligencias. Nos encontramos, como siempre, frente a la productora de TV y cine POL-K (un lugar donde todos miran a los otros tratando de identificarlo como alguna estrella vernácula) y allí tomamos nuestro primer taxi.

El taxista no espero a que termináramos de subir que ya estaba bromeando acerca de los colores -similares a los del club Boca Juniors- de la pequeña mochila en la que mi alumno llevaba algunas cosas para los obreros que refaccionaban su nuevo departamento. El hombre no paró de hablar, incluso en mal inglés una vez que notó el acento de mi acompañante.

Que cómo ve Buenos Aires, que dónde le gusta más, que cuando llegó y se va... Su simpatia desbordante hizo de un viaje de 20 cuadras una verdadera eternidad. Lo que no es ninguna virtud, digamos, pero tampoco es tan malo. Sólo su impertinente curiosidad latina podía incomodar un poco. Porque uno lo último que quiere en un viaje en taxi es contestar preguntas.

Si hasta hubo que decirle dónde doblar.

Terminada nuestra tarea de delivery, una vez salidos del departamento en ruinas (Dios quiera acaben algún día y sea habitable, habrá pensado mi alumno el inglés al ver esa verdadera émulación de bombardeo iraquí en que han convertido su inversión porteña), decidmos tomar otro taxi, para ir definitivamente al bar donde terminaríamos nuestra charla-clase de español café por medio, como es nuestra costumbre.

Contrastante, este segundo taxista manejaba mejor el silencio que su vehículo de trabajo; parco, adusto... apenas si expresaba cierto fastidio con una sutil exhalación ante algún colega que le trabase el paso o peatón mal cruzado de vereda.

Y yo, que ni amo el silencio ni aplaudo la verborragia, me detuve un minuto a pensar cómo es que nos vamos haciendo lo que somos, los que somos, a medida que una tendencia se va imponiendo sobre la otra.

Del payaso al amargo; del impertinente al insípido... apenas si hubo uno minutos y unas calles de distancia. Y un mismo oficio como denominador común.

Algo podemos descartar de plano: no es el taxi ni la calle la que impone su impronta. Ni aun los pasajeros.

Es que conviven en nosotros una multitud de personajes, estados anímicos, maneras de reaccionar ante la misma cosa... Y es que vamos andando un camino, diverso cada vez que decidimos o nos dejamos arrastrar hacia alguna de éstas variables del ser: La risa, el rezongo, la mueca fastidiosa, la indiferencia -sana o no-...

Qué distancia separará al payaso del osco... Sseguramente muchas muecas, muchos resoplidos y quejas y muchas risas y humoradas.

Uno dejó que ganara el payaso; el otro que venciera el tanguero, por decirlo a tono con el barrio -y la ciudad!- donde todo esto sucedía.

Esa distancia es la misma, exactamente, que la que separa al reflexivo que vió ésto de los cientos que han tomado estos dos taxis un mismo día y ni han notado esa otra distancia recorrida, seguramente preocupados por otras cosas; cosas que este reflexivo ni siquiera habrá sabido preocupar quizás jamás.

Hombre, toma tu camino. El que más te plazca.
Pero lleva a destino tu taxi y tu pasaje

Ciao.

09 abril 2008

OjO cOn lA eNviDiA


Contrariamente a los que se dice de ella, esta dama desterrada de los pedestales sacros no ha resignado ni un centímetro de baldosa en las cortes y los salones sociales.

La hallareis en todo lugar donde alguien tenga algo que el otro no tiene; es decir, en todas partes.

Y no estamos hablando de un sentimiento que no daña más que al que lo experimenta, como
sugieren las enciclopedias... Hablamos, básicamente, de resentimiento.
Horrenda sensación que va envenenando el corazón, el resentimiento parte de una pregunta que JAMÁS debemos formularnos pero que los resentidos insiten en poner:

¿Por qué aquél tiene lo que yo no tengo?

Ahhh... las puertas del Averno tienen un código, o más de uno. Pero uno de los que las abren es precisamente esa pregunta.

El Destino, amigos míos, no es nada más y nada menos que nacer en el lugar y el momento que
nos ha tocado. Amen que, una vez natos, transitar por donde vamos transitando sea más un azar que una decisión en la mayoría de los casos.

Pero aquellos cuya posición en la vida arranca con esa pregunta serán, casi con seguridad, deglutidos por una de las llamas con que el Demonio quema a sus súbditos para convertirlos en parte de la destrucción.

Y hago esta sinapsis dantesca por la obvia razón de que La Envidia es uno de los Pecados Capitales; y no por casualidad.

Lo que vengo yo a refutar es esa ingenuidad de wikipedia de considerarla sólo un daño que el envidioso se hace a sí mismo.

Pues NO!

Muchos de los males de este mundo han arrancado con preguntas como la que el resentido se hace en pos de una envidia. ¿Por qué no YO?

La envidia es tan destructiva al envidiado como puede serlo al envidioso. Porque muchas veces la cosa no termina ahí: sirve de resentida justificación para otras acciones, como robar, destruir y hasta matar.Lo vemos todo el tiempo en las calles, en las escuelas, en los lugares de diversión...

Esta sociedad, la mía, está enferma de envidia. Cuidado argentinos!

Cuando empezamos a ver al otro como sujeto de una bondad que no nos es dada comenzamos a
detestarlo. Y ese humeante camino no conduce a nada bueno, claro.

Entonces, pobre del envidioso pero pobre del envidiado!

Porque quizás en poco tiempo ese sentimiento encerrado en el envidioso se exteriorice como una explosión infernal.

Por supuesto que la desigualdad social, cuanto más profunda, más alimenta ese mosntruo infernal.

Y eso que no quise meterme en los considerandos esotéricos de la envidia, tema que ha dado secular literatura a más de una historia truculenta; sabido es que se considera a la envidia ajena como motor de malas rachas. Es vox populi centenaria que ella se derrama sobre el envidiado como peste y que afecta su vida, sus relaciones, sus negocios y sobre todo su buen juicio.

Más allá de creencias, energías y santerías, el envidioso se transforma en resentido; y el resentido, en enemigo.

Y yo no quiero adolescentes que corten la cara de otras porque las ven más lindas que ellas.

No hay nada que las haga más feas que ese envidioso resentimiento.

Que alguien se los explique, por Dios!

24 marzo 2008

OjO: ConSumo CuiDadO


Te preguntaste alguna vez por qué esta sociedad es como es? Nos quejamos de toparnos siempre ante mezquinos, ventajeros, arribistas, embusteros, avaros, ladinos, materialistas, pusilánimes y todo tipo de seres que sólo piensan o se satisfacen con objetos, cosas, dinero...

Por qué? Para qué?

Esa conducta excede, desde ya, la natural preocupación del hombre por la subsistencia. Es la prolongación de ésta hasta niveles de exsacervación intolerables.
Pues esta conducta, hoy por hoy a todas luces antisocial, es la resultante de un siglo de estimulación del consumo en todos los estratos sociales, países y culturas más o menos "civilizadas".

De hecho, el concepto moderno de civilización es "sociedad hábil y hábida de consumo".

Desde la Revolución Industrial hasta nuestros días, en los albores de la "Revolución Ecológica", los dominantes del discurso del sistema han sido condicionados por dos premisas: La estimulación del consumo para promover la producción y por ende la riqueza por un lado, y el fantasma del excedente de producción, causante de la recesión, por el otro.

Una máquina de producir requiere ser "necesaria" y "eficiente"; en otras palabras, necesita de consumidores -y en un gran número!-, y que sean prolíficos o al menos constantes.

Funcionales a ella han sido las modas, la publicidad y la guerra.

En este sentido, y ya vamos llegando al punto, cualquiera que siga alguna o más de estas tendencias será cómplice al menos de ingenuidad social.

Ahora, si está comprobado que es el consumo exacerbado el que termina dañanado inevitablemente el planeta, ¿por qué seguir entrampados entre estas tres cabezas de serpiente?

Pues porque esas tres áreas son en las que más se identifica al hombre occidental civilizado, y eso no es más que otro acierto publicitario-propagandístico: En cierto punto, hoy, publicidad es sinónimo de propaganda. Ellos logran que un litro de leche de $1 llegue a costar $1,70. Sólo porque Ud. prefiere el publicitado, pedazo de torpe!, lo que lo va conviertiendo en una moda y a Ud. en un rehén de la guerra consumista.

Pero si de guerras hablamos, debemos entender que cuando no es posible aumentar el consumo civil, cuando la avaricia no es plenamente satisfecha aumentando el consumo de leche a precios más altos, cuando hace falta más riqueza en menos tiempo es cuando se planean las guerras más absurdas.

Hay conflictos fáciles de comprender: Tu vecino necesita lo que vos tenés, pero vos también lo necesitás, y no lo compartís: Ergo, guerra.
Pero hay otro tipo de conflagración donde la única intención es promover la producción de materiales bélicos y su consumo inmediato. Ese es el concepto de "guerra posmoderna".
Si esa estrategia de consumo combina además con algún posicionamiento estratégico y/o posibilita abrir nuevos mercados para el invasor, tanto mejor. Nada se deja librado al azar. Estas tres cosas convergen hoy en Irak.

Como verás, simple lector, ser urbano sencillo que vives en una orbe de necesidades diarias y compromisos semanales pretendidamente pacíficos, la leche que compras en el supermercado puede matar. En otras palabras, entre tú y esa leche, la publicidad que la patrocina, los empresarios que la manufacturan y la guerra que se hace para poder producirla más barato y venderla más cara ganando más dinero sólo hay tiempo. Es sólo cuestión de tiempo.

Cómo? Si. Sin una guerra como la de Irak, el combustible que lleva esa leche de un lado al otro hasta la góndola de donde la levantas para llevarla a casa (quizas en tu auto!) no costaría lo que cuesta, encareciéndola a ella y a todos los productos transportados.

Sin una guerra cada tanto, los distribuidores de esa leche deberían competir con demasiados otros manufacturadores y distribuidores, negociar con más productores con menores ventajas; los inversores (que tienen acciones en armas tanto como en lácteos!) no se enriquecerían sin esa guerra nuestra de cada decenio o lustro y por tanto no podrían invertir tanto en sus negocios de alimentos.

Y además, el Estado benefactor y recaudador de esos negociantes en leche y demás no podría sostener su poder político sin éstos caballeros de la guerra, obligándose desde sus campañas electorales a dar un guiño a esas pretenciones belicistas que concretarán una vez que estén sentados en el sillón presidencial. Y me refiero sobre todo, claro, al que se encuentra puertas adentro de la Casa Blanca.

Bueno, la comprobación de ésto no la hallarás a un costado del cartón de leche; no habrá allí una leyenda que diga: "Esta leche patrocina la Guerra de Irak", sino posiblemente una advertencia de Missing Children con la cara de algún niño requerido. Así es este juego de espejos.

Pero no te dejes engañar: La leche también mata, en tanto bien de consumo. Mata como las galletitas, los caramelos, el envoltorio plástico y la bolsita en que los llevas una vez comprados.
Porque además, mata al planeta. Y qué podríamos esperar de los señores de la guerra, que se preocuparan justamente ellos por no arrojar gases tóxicos o fluidos contaminantes al suelo y aguas? Ja, como veis, todo cierra. Pues los responsables son los mísmos!

Por eso, y como pregona un amigo ecologista desde hace tiempo, ya no basta con Greenpeace amigos.

Éste es un caso para Greenwar!
Y para cuándo?

Qué disfrutes de tu desayuno mañana.

13 febrero 2008

OjO cOn nUeStRa iDeA dE eqUipO


Si... a veces pienso que no sabemos jugar en equipo.

Digo, socialmente hablando.

Es que parece tan simple entender qué esta mal y qué debería estar bien en una sociedad civilizada si simplemente la comparáramos con un equipo de, digamos, fútbol.

Sabemos que, de los 11 titulares en cancha, no podemos prescindir de ninguno: cada uno de los 11 son necesarios. Cada uno en su posición.

Y es que posición es sinónimo de función. Cada puesto implica una responsabilidad determinada.

"El arquero tapo un remate que tenía destino de gol...", dice el relato.
Pues para eso está el arquero...!

Distinto es que de las circunstancias se desprenda que "...el guardametas marcó un gol de tiro libre". Eso sí es insólito y vale destacarlo.
Pero de qué serviría ese arquero si no supiera atajar; si cada remate al arco fuese gol?

A veces me da la impresión que no sabemos para qué estamos en el lugar que estamos ni por qué somos parte de la sociedad que somos, que integramos.

Y es que, muy a menudo, en Argentina esperamos que los arqueros hagan goles y que los delanteros atajen bien.

Estoy harto de escuchar a gente "bien" quejarse de la mala educación de los pobres.
Y qué esperaban? Si no la han tenido. Esa es, justamente, una de las razones que los hace pobres, mi señora!!

Esa misma señora, ayer nomás (gracias Moris!) me ignoraba olímpicamente al subir al ascensor que yo ya ocupaba. Ni un "Buenas tardes" ni por error!

Pero eso no termina ahí; al salir a la calle, del balcón de esa misma señora que despotricaba contra los "maleducados cartoneros que llenan de basura la vereda", me cayó un hilada de gotas de agua que salían de su aire acondicionado y goteaban negligente y alegremente sobre todo aquél que transitaba esa acera, poblada por cientos de personas por minuto. ¿¡...!?

Y es que hay una ley social que dice: "Nobleza Obliga" y que significa que el que más sabe, más debe respetar. Y el que más tiene, más debe solidarizarse con los que no.

Por eso este equipo no gana una, señores. Es por esto mismo que andamos por la línea de costado sin poder hacer un pase gol desde hace 40 años.

Hemos perdido la idea de equipo.

Si hasta se espera, en las calles, que los peatones cuiden a los autos y no a la inversa. Se hace más hincapié en la irresponsabilidad de los peatones que en la criminal conducción que mata decenas de personas por día de los automovilistas, incluso muchos de ellos pretendidamente "profesionales del volante".

Ridículo? Así somos. Esperamos que el arquero marque los tantos y que el delantero defienda con garra.

Así, este campeonato no se gana. Más bien descendemos.

Y yo quiero jugar en un equipo de primera.

25 enero 2008

uN OjO eNtRe eL cOnsUmO y lA iNseGuRidAD

Parece ser que las costumbres cambian según se puedan o no seguir haciendo las cosas que hacemos habitualmente .

El hombre no parece aferrarse a sus viejas conductas consumistas sino ir buscando variantes que se amolden a su confort, devenir, necesidad...

Antes, cuando los '80 y yo era un adolescente en ciernes, solíamos pasarnos las noches vagando, en el centro o en algún otro barrio de Buenos Aires, sin que ello implicara un gran riesgo para nosotros. A decir verdad, el riesgo a veces éramos nosotros!!

Con el correr de los años se ha hecho cada vez más evidente que esa parece ser una costumbre para temerarios y en vías de extinción. Al menos por estas costas.

Es cierto que de las nuevas reglas sociales nunca se vuelve. Necio sería de mi parte añorar lo que no será.

Pero también es cierto que estas nuevas reglas como "No saldrás a arriegarte después de las 11 de la noche", etc.., llaman a conciencia acerca de a cuántas cosas hemos ido renunciando mansamente por no saber prevenir ni combatir la inseguridad urbana.

Mis hijos no conocerán la libertad de vagar por calles poco iluminadas con esa tranquilidad campechana que se disfrutaba al respirar, aún en una gran orbe como ésta. Ellos crecerán en la restricción perversa de evitar a aquellos que, por uno u otra razón que no viene al caso, están dispuestos a robarse hasta nuestra paz, nuestra libertad; nuestro aire. Y hasta a lastimarnos por ello.

Ninguna sociedad que haya abandonado a los suyos como lo ha hecho la nuestra puede reclamar ahora ese aire ni esa paz. Eso, asegurado.

Pero quienes tan brillantemente han hecho la vista a un lado dejando que miles y miles se quedaran fuera de la fiesta no han considerado cuán mal negocio es que las calles estén pobladas de malhechores pobre y despobladas de consumidores pudientes.

Hoy, las familias consumen en casa. Películas alquiladas, video-cable, comida vía delivery, internet banda ancha...Pero es mucho más lo que se ha dejado de consumir por fuera de la casa.
Una pareja que sale fuera, a comer, a ver una película al cine, consume transporte público (o combustible y estacionamiento en su defecto); consume espectáculos (teatro, un grupo tocando en un pub); consume golosinas, flores, bebidas, comidas quizás... Y además, mira artículos expuestos en negocios al paso, quizá cerrados, pero que tientan su consumo y quizás lo hagan realidad en la semana venidera...

Si el mundo se queda en casa, no sólo se resiente la economía: También las relaciones. Todos necesitamos respirar ese aire renovador que está afuera, esperándonos.

Si no, poco a poco, la propia casa se irá transformando en una suerte de carcel, cuyas rejas, además de protegernos, nos estarán privando de la merecida libertad.

O acaso no está pasando eso ahora mismo?