A dónde vas?
Te ví ayer, en el subte. Corrías para subir y te llevaste por delante a un ciego y su bastón blanco porque la sirena del cierre de puertas sonó.
No eran ni las 9 y ya sudabas; parecían molestarte las caras de los otros, enfrentadas a la tuya. Mirabas tu reloj, tu celular. Mirabas tu agenda electrónica y ni una vez a la señora mayor que luchaba por aferrarse al caño que vos ocupabas.
Bajaste conmigo. Parecías perseguido por una maldición flamenca; empujaste a varios en las escaleras, no tan violentamente como para que te insultaran pero lo suficiente como para que te avergonzaras.
Debí detenerte; debí llamarte al orden o tal vez hacerte un chiste. pero la música en tus auriculares no me habría permitido llegar a tus oídos tan facilmente. Al fin, quién quiere escuchar los ruidos de la gran ciudad...
Y qué será lo que persigues...
Un alquiler en aumento... una oportunidad de ascenso... un préstamo para una casa.... un viaje al Caribe y una malla... un tratamiento antistress...
Hoy pude verme correr; perseguirme y no alcanzarme. Pude avergonzarme de mi proceder.
Y todo para qué?
No creo que por mucho más tiempo, pero por ahora seguiré.
Soy otro prisionero de este vaivén llamado "civilización".
Te ví ayer, en el subte. Corrías para subir y te llevaste por delante a un ciego y su bastón blanco porque la sirena del cierre de puertas sonó.
No eran ni las 9 y ya sudabas; parecían molestarte las caras de los otros, enfrentadas a la tuya. Mirabas tu reloj, tu celular. Mirabas tu agenda electrónica y ni una vez a la señora mayor que luchaba por aferrarse al caño que vos ocupabas.
Bajaste conmigo. Parecías perseguido por una maldición flamenca; empujaste a varios en las escaleras, no tan violentamente como para que te insultaran pero lo suficiente como para que te avergonzaras.
Debí detenerte; debí llamarte al orden o tal vez hacerte un chiste. pero la música en tus auriculares no me habría permitido llegar a tus oídos tan facilmente. Al fin, quién quiere escuchar los ruidos de la gran ciudad...
Y qué será lo que persigues...
Un alquiler en aumento... una oportunidad de ascenso... un préstamo para una casa.... un viaje al Caribe y una malla... un tratamiento antistress...
Hoy pude verme correr; perseguirme y no alcanzarme. Pude avergonzarme de mi proceder.
Y todo para qué?
No creo que por mucho más tiempo, pero por ahora seguiré.
Soy otro prisionero de este vaivén llamado "civilización".