bUsCaR (en este blog ó en internet)

21 diciembre 2007

OjO cOn lA tiGrEsA mOdERna


Estaba mordiendo un cuello femenino y no he podido dejar de relacionar la satisfación que eso causa a la mujer con la costumbre de las bestias de atacar a sus presas justo allí, donde es mortal la mordida.

Se me cruzó por la cabeza que quizás halla cierta relación perversa entre ese placer y alguna ancestral simbiosis con la muerte; cierta fascinante y sexual excitación ante la mordida final.

No es que quiera aquí poner a la mujer al lado del lobo o la hiena; que se puede, se puede -dicho ésto con total sumisión a sendas fieras-, sino que me ha llamado poderosmente la atención ese paralelismo.

Sabido es que las hembras de casi todos los tipos de mamíferos dan batalla antes de entregarse al macho que las servirá. Lo obligan a dar muestras de idoneidad en, a saber:
Carrera de velocidad, Carrera de resistencia, lucha cuerpo a
cuerpo, ferocidad controlada (tampoco es que se matan, son
demasiado inteligentes para perderse del postre).

Eso les asegura descendencia idónea, claro. No sea que el muchacho esté algo flojón y le dé a la señora tigresa unos tigresitos tristes inútiles para cazar y fáciles de aniquilar por sus enemigos.

Ahora, dónde encaja ese placer tan femenino que, al punto de hipnotizarla, torna debil a la más aguerrida y distante mujer?

Como toda fiera, la mujer necesita ser domada, sometida. A la violencia de otrora, cuando el hombre de las cavernas la golpeaba para llevársela a la cueva, la ha sustituido la seducción; una suerte de match-à-mort de más o menos refinados trucos, según clase y condición, donde se miden las fuerzas de los oponentes y el macho debe prevalecer, ya sea como activo predominante o bien, hoy por hoy, como pasivo que no se acobarda ante los embates de la tigresa de ocasión.

El mundo ha cambiado, estimados machos. Enhorabuena!

Y ese sometimiento deseado pero jamás revelado, yaciente en lo más profundo de nuestra animalidad, aflora, me parece ver, en el cuello de la dama que puede resistirlo todo con la mejor cara de poquer menos, menos unos dientes deseos de carne hincándose suevemente en su cuello.

Esa bárbara costumbre bárbara, animal como ninguna, le recuerda a los genes femeninos que, más allá de satin, champagne, chocolates finos, música y bellas palabras hay dos mamíferos y una sola cópula.

Esa que a la postre, casi siempre, procrea; y nos tiene aquí.

11 diciembre 2007

OjItO cOn lA iNflAciOn



Estaba pensando en cómo se genera la inflación.

Ayer entré a la panadería de mi barrio y la torta pasta frola de $6,50 había subido a $8.-!!!

Hablé con la empelada y me dijo: "Y qué no aumenta...?".

"Mi sueldo...", le dije
"Los nuestros tampoco...", dijo ella.

La panadería que frecuento es un lugar de precios bajos, comparada con otras de alrededor. Quizás por eso, uno siente cierta complicidad con aquellos que la regentean y sus empleados.

Pero no me quedé en la queja, no.

Decidí hacer un breve relevamiento acerca de dónde se encuentra la punta del ovillo.

Todo tiene que comenzar en alguna parte.


Salí y crucé enfrente. Llamé a mi amigo el Gallego, un vendedor de harina, quien me confirmó la especie: "Sí, la harina aumentú un 3 a un 5% ezte mez".

Bien, me dije... Algo similar habrá sucedido con membrillo, huevos y escencias. Pongámosle, un 7% de aumento promedio tomando todos los ingredientes y siendo generosos.

Le pregunté al gallego si había aumentado los sueldos de sus empleados. "No ezte mez...", me confesó. "...Peru el mez pasadu zi, un 10 a un 15%..."

Y bue, hice números...

El aumento de insumos no llegaba al 7%, y el de sueldos (por arrastre del mes anterior) le sumaba otros 15% máximo. Todo lo cual da 22% y exagerando.

Habida cuenta que no han aumentado ni luz ni gas ni gas-oil... Dónde se justifican el 3% que faltan para el aumento de 25% en el precio de mi pasta frola semanal?

Se justifican sólo en el temor a perder con futuros aumentos o en la simple y llana avaricia.

Cualquiera de las dos maneras son puntos de vista negativos, odiosos.

Alguien se está currando entre un 3% a 12%, unos $0,18 a 0,72 por producto, suponiendo que ésto pasa sobre TODOS los productos del rubro de alrededor de $6.

Atrás de ese curro, se asoma la inflación, galopando cuan parca hambrienta...


Y no de Pasta Frola.

04 diciembre 2007

eChaLe uN OjO a tU vIDa


A dónde vas?

Te ví ayer, en el subte. Corrías para subir y te llevaste por delante a un ciego y su bastón blanco porque la sirena del cierre de puertas sonó.

No eran ni las 9 y ya sudabas; parecían molestarte las caras de los otros, enfrentadas a la tuya. Mirabas tu reloj, tu celular. Mirabas tu agenda electrónica y ni una vez a la señora mayor que luchaba por aferrarse al caño que vos ocupabas.

Bajaste conmigo. Parecías perseguido por una maldición flamenca; empujaste a varios en las escaleras, no tan violentamente como para que te insultaran pero lo suficiente como para que te avergonzaras.

Debí detenerte; debí llamarte al orden o tal vez hacerte un chiste. pero la música en tus auriculares no me habría permitido llegar a tus oídos tan facilmente. Al fin, quién quiere escuchar los ruidos de la gran ciudad...

Y qué será lo que persigues...

Un alquiler en aumento... una oportunidad de ascenso... un préstamo para una casa.... un viaje al Caribe y una malla... un tratamiento antistress...

Hoy pude verme correr; perseguirme y no alcanzarme. Pude avergonzarme de mi proceder.
Y todo para qué?

No creo que por mucho más tiempo, pero por ahora seguiré.

Soy otro prisionero de este vaivén llamado "civilización".

28 noviembre 2007

Un OjO cRíTicO a lAs cÁbaLAs


Nuestro medio -el argentino en particular, el latinoamericano en general- es usualmente suceptible a adoptar posturas cabalísticas para imponer una suerte de impronta positiva a los eventos, sean éstos deportivos, de azar o meramente cotidianos.

Hay tipos, algunos célebres incluso, que presumen de seguir una rutina "ganadora" a rajatabla, tal como la de usar una misma prenda o sentarse en el mismo sillón cada vez que cierto evento sucede: Partido de fútbol, entrega de premios, inauguración de muestra, estreno de obra...

La premisa, falsa según entiendo, que mueve a estos supersticiosos a copiar exactamente los pasos dados antes para conseguir la misma suerte del evento similar y próximo, es "repetir los hechos para repetir la suerte".

Es una postura pesimista, según veo.

Creer que la suerte obtenida antes no puede ser sino empeorada es pesimista.
Por qué no habría de mejorar dicha suerte? Acaso un equipo que ganó 3-0 no puede ganarle al mismo equipo vencido por 4-0?

Buscar repetir es conformarse, quizás. Por ende, la cábala que entrenadores y jugadores suelen seguir no entraña otra cosa que absurdo pesimismo. Se basa en un estigma conservador que el hombre trae ancestralmente, y por el cual todavía subsiste (a los tumbos) el matrimonio.

La segunda premisa es "La suerte obtenida es la mejor e inmejorable"; es decir, lo que tengo no podría ser mejor.

Entonces: "Si hay que repetir los hechos para repetir la suerte" y
"La suerte obtenida es la mejor e inmejorable", ergo
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"Hay que repetir los hechos porque son inmejorables"

Vaya absurdo! Ya lo dijo Graham Green : "La vida, la realidad es tan absurda que siempre hay esperanza". Aun cuando se ha ganado antes!!!

Allez, pesimistas cabuleros... Vayan por más!! No se queden con lo obtenido, que toda cábala, por buena que sea, termina por derrumbarse un día.

Esto lo escribo en la misma vieja máquina Olivetti que uso desde que empece mi primer blog, allá por los '90.

Y bue... Tan mal no me va.

22 noviembre 2007

OjO cOn lA ImpOsIciOn aRbiTraRiA



He estado mirando algunos cartelitos por ahí, recorriendo Buenos Aires.

"La casa se reserva el derecho de admisión y permanencia""Los baños son para uso exclusivo de los clientes"Etc.

Falso

Mi ciudad está llena de falsedades como éstas, intempestivas; autoritarias.
Son posibles gracias a la ignorancia de la gente, de nosotros, que no sabemos que hay leyes que nos amparan de estas arbitrariedades.

Y a la muy mala leche de los que pretenden imponerlas.

Según me han dicho quienes saben, un bar abierto al público, un paseo de compras, un espectáculo deportivo, no son sitios privados sino públicos. Allí pueden ingresar todos aquellos que no contradigan normas vigentes, a saber: ebrios o drogados, personas armadas o inapropiadamente faltas de ropa, heridos que requieran atención médica, evadidos de la justicia y otros.

Todos los demás son y deberán ser bienvenidos, les guste o no a dueños, administradores y/o organizadores. Seamos o no seamos del perfil que ellos buscan para su clientela.

La única forma de discriminación aceptada, hasta hoy al menos, y sobre la cual NO hay ley que defienda al discriminado, es el costo de la entrada o de la consumición. Si UD. no tiene el dinero, si es pobre o no le alcanza, no hay tu tía ni INADI que lo defienda.

Se llama "Capitalismo". Y esa es su regla más sagrada.

Todos los demás, los que pengamos los mangos, las pelas para ponerla sobre la mesa o en la boletería, tenemos el derecho a exigir se nos permita entrar, así sea en zapatillas. Pies desnudos, abstenerse.
En ese sentido, deberemos reclamar ante quien corresponda en caso de no ser así. El Instituto Nacional Anti Discriminación (INADI) se encarga de evaluar estas denuncias y de ; y en caso de ser corroboradas, actúa penalmente contra dichos establecimientos o personas denunciadas haciendo respetar la Ley Antidicriminación.

Por qué sentirse un paria cuando el que está en falta, el gorila, el desubicado es el que nos dice NO? Hay que hacer volver la pelota, sí o sí.

Así sucede con los baños de bares y restaurantes.

Existe algo que se llama Ley Manrique (el legislador que la impulsó), por la que todo baño de lugar abierto al público es y debe ser considerado de uso público, le guste o no al encargado de limpiarlo.

No es cierto que haya que consumir algo, gastar dinero en el lugar para tener derecho ello.

Y así se suceden, una y otra vez, los cartelitos que parecen querer hacernos creer que éste es el Far West, y que cualquier hijo de vecino tiene el derecho de imponer alguna clase de Ley Personal, ajustada a la medida de su ocasional conveniencia.

Pero lo peor sucede cuando la prohibición arbitraria nunca ha sido escrita, sino que viene de la boca de un sujeto disfrazado de policia privado o guardaespaldas telúrico.

Hace unos días estaba yo acompañado disfrutando de una bebida en el patio de comidas del

subsuelo de la enorme sucursal de Tiendas Falabella que está en Calle Florida casi Av. Corrientes. Ante la espectacularidad de la estructura del techo yo, fanático de la arquitectura, saco mi cámara de fotos para dar testimonio de ello y promocionar ante mis amigos extranjeros esta maravilla cuando se me acerca un impertinente de éstos para decirme, de muy mal modo, que NO saque fotos porque ESTÁ PROHIBIDO.
Detrás de él, otro monigote, sin nombre ni uniforme ni nada, sólo munido de un handy, pretendió imponer esa norma aludiendo: LO DICE EL GERENTE. El vano fue explicarles que Gerente no es sinónimo de Rey ni de Ayatolha; y que ni aun estos se atreverían a impedir una foto en un PASEO DE COMPRAS. La queja, registrada ante la oficina de Atención al Cliente, no evitó el mal trago propinado por esta mala política de Falabella y sus secuaces.

Vayan sabiendo los amigos de la Ley Yo Mando que no vamos a dejarnos doblar el brazo por nada. Para eso hay instituciones y hay leyes de verdad, defensores del pueblo y tribunales, si fuere necesario. Aprendamos a hacernos respetar.

Y a los que no estén de acuerdo, los obligaré a que lean este blog, reservándome el derecho de decidir sobre quien lea lo que debe opinar de él.

Ya pongo el cartelito.

He dicho.

13 noviembre 2007

eL OjO zAppInG


Y siguiendo la línea de ni entrada anterior, vuelvo sobre el tema del consumismo zapping.

Esta modalidad tan mediática de consumar el consumo (nótese el juego) se ve trasladada a muchas otras actividades del hombre.

Hoy parecemos munidos de imaginarios controles remotos que nos llevan, inexorablemente, a saltar de una vida a otra sin reparar demasiado en la que venimos de dejar.

Lo único que importa es lo que vendrá.

Cuan televidentes esquizoides, vamos de proyecto en proyecto, de relación en relación; de trabajo en trabajo como si lo ínico que nos movilizara fuera una inercia vital cuya idea de felicidad es siempre "lo que vendrá".

Será que buscamos llegarle a la muerte una vez pasado el canal 100, para volver y constatar que el canal 1 sigue allí, y así volver a comenzar?

Qué nos queda de ese salteo de caballo de ajedrez... Experiencias? No lo creo. La experiencia valedera requiere de tiempo de maduración y de compromiso con lo que se ha vivido.

Nos queda sólo la dinámica del cambio. Una suerte de hábito inercial, más parecido a una patología que a una conducta sana; tan malo o peor que el estancamiento.
Me muevo, me muevo todo el tiempo. Si no me da el cuerpo, me empastillo; le agrego energizantes y sigo... Ya tenemos muertos por ésto; acá nomás, a la vuelta de la esquina. Y algunos son adolescentes.

El mercado laboral, por ejemplo, ya no valora al que trabajó media vida en un sólo métier sino que prefiere al que ha pasado por múltiples funciones. Es que acaso no puede que sea ese un inútil para todo puesto? Por qué cambiar de trabajo si se hace bien uno? Ud. cambiaría lo que hace bien por algo que no sabe cómo se hace, o a un empleado de un puesto donde rinde a otro donde nunca trabajó?

Es un mundo raro éste, donde el cambio es la quimera y el estigma. Así lo demostraron los dos grandes regímenes que dominaron el SXX: Capitalismo y Comunismo.

Para el primero, nada puede existir sin cambio: En USA los edificios más antiguos tienen 15 o 20 años.Para el segundo, el cambio era el enemigo: todo intento de pensamiento, acción u obra diferente era aniquilado -junto a sus mentores- por ser considerado "Antirevolucionario".

Oia... No era que la revolución era EL cambio!? Así fue que colapso el primer gigante, la URSS.
Lo que se viene es el colapso del otro, porque tanto movimiento termina por marear.

El mayor peligro para el ser humano puede ser la distracción.
OjO con eso!

Y nosotros, Tercer Mundo? En qué andamos?

10 noviembre 2007

eL bUeN OjO


Dícese de aquél que sabe separar la paja del trigo; el Buen Ojo no sólo sirve para leer las letras pequeñas del cartel durante el examen de conductor.

Hablamos de otra cosa, claro.

De "saber ver", que es una actividad humana que involucra casi todos los sentidos.

La escuela del buen beber, por ejemplo, enseña a los someliers y amateurs del buen vino a degustarlo desde la vista primero, el olfato luego, la sensación "táctil" sobre la lengua y paladar (que es parte del gusto), y al fin, a degustarlo por entero, estableciendo momentos en ese trance del noble líquido hacia el vil estómago, quien sólo sabe de saciedades.

Pues se me ocurre que en la vida habrá de aplicarse ese método.

Siento que se hace necesario aprender, enseñar por qué no, a degustar las cosas. En fin, a tener Buen Ojo.

Estamos siendo proclives, de un modo u otro, a una suerte de gula existencial. Deglutimos novedades cuan cíclopes odiseos el vino de Ulises. Nos hartan, nos llenan de comida chatarra electrónica, de ideas chatarra de rápido desuso. De imágenes seductoras sólo un instante.

Es la Era del Minuto a Minuto.

La vida se vive así, aceleradamente cuan baile televisivo. Pero no sólo porque se corre para ganarle al tiempo sino por que se corre por correr nomás. Se ha creado poco a poco el hábito -en su génesis, comercial- de empujarnos a algo nuevo, o al menos diferente; y ésto debe sucedernos todo el tiempo. Es el American Way of Life tan mentado.

Y al fin triunfó. Dejó como huella la prosperidad económica y como legado, la contaminación del planeta. Instó al hombre a perfeccionar su eficiencia en pos de mejorar su poder de consumo; y así también engendró un hombre ambicioso por demás, apegado a las cosas más que al ser en si mismo. Priorizó el tener, causante de casi todas las guerras conocidas.

Y el uso del hombre por el hombre, tan parecido a la esclavitud que nos pone negros de vergüenza.

Los opuestos a ésto, los que por cultura no parecen estar a la orden del consumismo -aborígenes americanos o africanos, pueblos islámicos, etc-, han sido considerados El Enemigo, y así devastados o ignorados.

Miremos a nuestros indios argentinos si no...

Ahora resulta que el mundo se cae a pedazos; que la economía norteamericana colapsa lentamente y que el consumismo es la raíz de la pandemia que se viene: la degradación fatal del planeta, de sus tierras, aguas y aire.

Ahora resulta que el consumo permanente, exacerbado, alocado, era pernicioso. Que las fábricas no sólo fabrican productos y pobres dignos (léase obreros) sino también muerte: la de peces, aves, insectos, plantas y por fin, la del causante: El Hombre.

Y mientras ese final se acerca si poder detener su carrera, nuestro buen ojo intentará establecer la diferencia; reparar en lo valedero más que en lo osado. En lo noble más que en lo inusual. En lo fino más que en lo grandilocuente.

En una vida de calidad, y no tanto de cantidades.

Tomémonos algo más que un minuto para decidir. Que sean unas horas.

Tal vez no haga falta cambiar el teléfono celular todavía... Mejor, una buena cerveza que dos baratas...

Ya no sólo es grosero excederse. Ahora también es dañino, perverso. Criminal.

Buen ojo para todos.

05 noviembre 2007

OjO aL aBrAzO tEcLeAdO



Y así andábamos por la vida, desorientados de toda idea.

Sumidos en un eterno devenir de ofertas varias, todas atractivas, dónde dejar escurrir el tiempo y las ganas de crear; de ser.

Esa Era de "ocuparse de no ocuparse" llegó. Se llama Siglo XXI.

Extraño folletín de espejismos, de innumerables sortilegios casi todos electrónicos, este siglo llegó para llevarnos a la tierra de los sueños virtuales.

Allí, charlar es escribir; amigo es un nikname de fantasía, propiedad de alguien sin rostro sino foto, avatar... Allí las emociones son emoticones, y la compañía es un teclear sin más. Teclear que va... teclear que viene...

Pero, qué puede faltarnos entonces... si lo tenemos todo!

Pues el abrazo.

Cada vez más, con más fuerza, las personas necesitamos el abrazo.
Eso no viene con Windows, no sale de una llamada móvil ni puede ser emulado por un video juego de última generación.

Nos hemos quedado sin abrazos. Y vamos a terminar por olvidárnoslo.

Y sería muy triste llegar al punto de interpretar, de sentir como normal y necesario ese tecleo a ese abrazo. Sería muy penoso, pero creo que cada vez más próximo.

No digan que no se los avisé.
Yo mismo comienzo a sentir los síntomas... ¡salga, salga... no me toque...!

24 octubre 2007

OjO cOn eL OjO


Sabés que hay una forma, una manera de mirar que está vinculada con el NO VER...?


Y sí, es el truco del mago. Viste cómo te mueve la mano derecha... porque el truco lo hace con la izquierda.


Muchas veces miro lo que no está explícito y descubro que detrás del árbol hay todo un bosque.


Lo que jode, lo que realmente jode es que alguien haya plantado ese árbol para taparme el bosque de atrás. Ahí es cuando me pregunto: ¿Quién se tomaría semejante molestia y por qué, par qué?


Simuladores, ilusionistas, prestidigitadores, chantas, avivados, ventajeros, falsos influyentes, expertos en marketing, creadores de conceptos, publicitarios... Cualquiera de éstos podría ser al emérito jardinero/forestador que tuvo la ingeniosa idea de pergeñar dicha trampa.


Que no es más que eso, convengamos.


Pero lamentablemente, los efectos de la trampuela nos afectan más que un truco de mago. Para cuando nos sorprendemos, ya nos han timado. O bien, sentimos que hemos vivido equivocados.


Hace unos días se hizo justicia, en lo que a mostrar lo que no es respecta.

Un juez argentino dio lugar a la querella impuesta a Telefónica por una asociación de usuarios quienes sostenían que el consabido "Contestador de Llamadas", que dicha empresa "regalaba" a los clientes/usuarios sin preguntar siquiera, no era otra cosa que un "recuperador de llamadas perdidas".

Astucia de los ingenieros, del marketing y todo eso: SI. Estafa al usuario desprevenido: También.


Y así transcurre el devenir del que mira lo que tiene enfrente sin correr la cabecita un tanto a un lado para asomarse a lo que vive detrás. Cuántas veces habremos pasado cerca de lo real, de lo honesto y simplemente verdadero sin ver más que el maquillage de un mundo envuelto para regalo que resulta al final carísimo (y no queridísimo, como creería el italiano que leyera ésto).


Ciao amici...


Y a los estafadores, merda!!

10 octubre 2007

eL OjO qUe MiRa LO que nO fUe


Es así que escuchando jazz del más smooth que se pueda encontrar entre los compartidos en la net (Playboy Jazz After Dark, se los recomiendo a los melanco-románticos o a los espíritus en busca de una sutil calma), me puse observador hacia dentro.

Vieron que hay momentos en que el ojo se queda sin punto de referencia externo y se nos da vuelta, como queriendo verse a sí mismo. Y ahí nos pone frente a lo que somos por un instante.

Esta tarde en el subte me vi como en un vidrio de tiempo; como ante una ventanilla que devuelve épocas que pudieron ser.

Y entonces me encontré con los que no fui.

Ahí estaba esa novia de la secundaria que no tuve. Esa que había de ser tan dulce y tonta como peligrosamente acostumbrable. Ella, tan tierna como debe ser, esperándome a la salida del colegio. Y así, por años. Sus pecas y yo, para todos lados juntos; encarnados. Como otra parte de nosotros que va al lado, se sienta en nuestras piernas casi por hábito, y no decide nada sin consultarnos.

Ahí estaba esa carrera que no terminé. Y las que ni siquiera empecé. Todas ellas futuros seguros de alguien que no las amaba pero que las necesitaba. Y yo era el abogado, el arquitecto; el empresario, por qué no. Ja… ¿Y era feliz?

Pues sí. Y hoy también.

Quién sabe dónde quedaron aquellos que no fui, pero seguro que no murieron. Sólo se adormecieron cómodamente en alguna nada para mirarme devenir lo otro. Y qué. Sí. Agarré para otro lado. No digo que fuera mejor; no me siento un ganador. Para eso, sólo habría que haber sido deportista (y aguantarse varias derrotas también). La competencia no es lo mío. Y la vida no es un deporte. Mucho menos un pasatiempo. No para mí.

Es difícil, con Chet Baker o Chris Potter a la oreja, poder redondear algo que no sea un AHHHH… como un suspiro de alma desgarrada. Pero como último diré que las cosas son de la única manera en que debían ser. Y esa sensación sí que se las recomiendo.

Tanto como este disco maldito que acompaña demasiado bien una tarde de borrascas, un viaje en subte en Buenos Aires o el recuerdo de esas tarde de dolce far niente que difícilmente volverán.

Porque parece que todo el mundo tiene algo que hacer, aún los fines de semana.
Todo excepto mirar el tiempo de lo que no fue.

07 octubre 2007

eL oJo aStiGmáTicO




Y qué ves...
Qué ves cuando no ves...

Pasa que a veces estás muy cerca.
Tan cerca que lo que está delante está encima y no podés alejarte lo suficiente para verlo entero.
Está cerca insistente y encimado, apretándote. Poniéndote sobre él, ellos... Haciéndote imposible siquiera considerarlos...

Y te alejás en espíritu.

El cuerpo se queda ahí, se deja amedrentar por el amontonamiento de subte, de vereda atestada, de ascensor que para en todas.
Pero el alma no. Y el OjO se va con ella ahí donde se escape, sin ver más que lo que esté muy lejos en tiempo y espacio.

Y así sufrimos de este astigmatismo de masas, en medio de las masas que van con nosotros sin nosotros; de masas que viene contra nosotros sin nosotros.

Así vamos desarrollando esa enfermedad de la ceguera necesaria. No nos vemos; no nos queremos.

No estamos.

Pero vamos todos en el mismo subte.

Todos los putos días de nuestra puta y ciega existencia.

Hasta el próximo viaje.

20 septiembre 2007

eL OjO qUe aÑOra

Cómo extraño esos pantalones de corderoy azules. Los que me había comprado para esa primera cita cuando tenía catorce años.

Eran suaves mis pantalones de corderoy azul, como me imaginaba sería su cabello al abrazarla y rozarlos con mi boca adolescente.

Cómo extraño esa sensación de estar naciendo, de estar sintiendo por primera vez que se está vivo.

Me acuerdo que los desdoblaba y los volvía a doblar sólo para tocarlos y sentirlos cálidos sobre mis manos, imaginando, palpitando esa primera caminata juntos por la avenida Meeks, de Lomas a Temperley. Un recorrido casi obligado. Caminata que al final no era más que un largo silencio interrumpido cada tanto por un intento de acercamiento forzado, sobre todo de uno quién, como “hombre”, debía tomar la iniciativa por razones que hoy no son demasiado obvias (afortunadamente para los chicos). Todo un interminable preámbulo nervioso hasta poder abrazarla

Y llegaba el día, la hora del encuentro; y las manos sobre los muslos acariciaban impacientes el terciopelo azul corderoy como anticipándose a la suave sensación que pronto sería de uno. Y uno dando vueltas y vueltas por haber llegado tan temprano…

Al fin, ella aparecía. Más seria que feliz; nerviosa tanto como uno. Y con un pantalón de corderoy azul enfundando sus piernas. ¿Destino?

Mi viejo pantalón de corderoy azul… Ha legado tu hora. Ya no podía seguir guardándote como souvenir de algo que ya ni recuerdo. No podría asegurar ni su color de pelo; ni si la besé aquella vez siquiera.
Pero qué dulce sensación guardás, corderoy, entre tus relieves ya no tan suaves. Si hasta casi a ella la extrañé…

Por un instante, ese en que te tomé de nuevo en mis manos para tirarte, volviste a ser nuevo.

Y yo, a tener catorce años.

13 septiembre 2007

eL OjO qUe NO miRa


Y bien, de qué estamos hablando... Si vamos por la vida (por la calle, por la casa, por la cama...) sin ver al otro.


No he conocido tribu menos gregaria que la porteña. Esquivar la mirada es su deporte nacional. Hacerse el que no vio nada, su mejor papel en la obra de su vida.


Pobre ser el que no trasmite ni recibe de los otros. ¿Será que tenemos miedo al "qué pedirán", más que al "qué dirán"? El vecino te ignora, y no sólo eso: se hace el distraído si lo saludás a la salida del ascensor; pero no por necio -o tal vez un poco-, sino porque no cabe en su diminuta cabecita que el otro (vos, yo...) lo haya saludado SIN CONOCERLO DE TODA LA VIDA!!!


Éste es un muy tonto ejemplo, nada menos. La gravedad del asunto se verifica en las calles todos los días. Accidentes estúpidos que provocan muertes y daños terribles protagonizados por seres insensibles a VER al prójimo. Desinteresados de la suerte de que haya OTROS a su lado pidiendo pista. Somos niños que no queremos -ni sabemos- compartir el arenero.


Hoy, un pobre tonto bien vestido salía de un edificio público blandiendo el paraguas de punta. Quizás él jamás consideró que detrás de esa puerta que franqueaba tan horondo estaba la vereda de la calle Tucumán casi esquina Uruguay. Eran las 10:30 de hoy jueves. Groso modo, a esa hora deben circular unas 100 personas por minuto frente a esa puerta. Hay que ser, eh...!
A qué si te ponés a pensar un poquito, te reconocés en alguna de esas costumbres trogloditas tan, pero tan porteñas. Yo sí, mal que me pese. Es que de tanto estar con los monos, terminás comiendo bananas. Perdón, monos.


Así, sin ojos en la cabeza, ¿a dónde vamos a parar, Buenos Aires?


Un gran abrazo, y a mirar a los costados

08 septiembre 2007

vOs, dE la gEnerAciOn "e"


No me la cuentes que te aburrís... Nunca hubo tanto entretenimiento al servicio de matar el tiempo que hoy, que justamente lo que falta es tiempo.


Basta con arrimarse a mirar un poquito cómo era la vida de nuestro padres y abuelos. Los más grandes, de pura suerte, alcanzaron a conocer las revistas (todo un evento cultural en los '50/'60). No, no hablo del teatro de revista; hablo de las de papel con dibujitos (una foto era mucho pedir). Y la radio, todo un hit!!


Nuestro viejos ya conocieron la TV, a la que nos enchufaron de muy babies para que no jodieramos. Y bueno, eso era progre por entonces. Ahí empezo este daño que hoy se llena de i-pods, celulares juguetones, videojuegos en red y demás fascinantes opios.


Lo más triste (y paradójico) de todo ésto es que, mientras los abuelos -que no tenían ni radio portatil para afrontar el viaje al laburo- no se aburrían nunca, sus nietos repiten hasta el hartazgo la insolente frase: "No sé que hacer... Estoy aburrido/a". Sobre todo si donde están no hay, ni dibujada, una computadora.


Esta Generación E nació con el entretenimiento. Chupó Tele antes que Teta. Los de hoy, los que no tienen más de 5 años, ya han vapuleado teclados de computadoras antes de llevarse por sí solos la cuchara a la boca.


Es así, amigos E, el entretenimiento los hizo aburridos; e-mbolados eternos. E-dependientes, lo que no sólo significa dependientes de la electrónica (quién no lo es hoy día) sino del Entretenimiento constante.


A ver si aprendemos a aburrirnos un poco. Digo, mirando por la ventana y pensando boludeces un rato por ejemplo. Desenchufándonos del mp3 y dejándonos seducir un poco por los vaivenes de los balcones que dan a la calle por donde está atravesando nuestro colectivo. Mirar. Mirarle los pies a la gente que pasa junto a la mesa del bar donde estás esperándolo/la a él/ella. Reirnos un poco solos no está tan mal, tampoco.


Busquémosle un remedio a tanto aburrimiento adictivo. Para que la tuya y la de los que vienen no sea una Generación E de "enfermos", sino de Entusiastas.


Hasta más vernos.

06 septiembre 2007

yO sOy yO y mI ciRcuNstAnciA


Te preocupa lo que pasa a tu alrededor? Mas te vale, chango. No te queda otra. La opción "menefrega" no es una verdadera opción; es opio del barato. Un suerte de "paco" que te regalan la desidia y la necedad para que te creas que vivis mejor así.


Dale que te dabas cuenta que no había manera de mirar para otro lado... Que tenías, como los caballos de los viejos carros, unas anteojeras que te obligaban a mirar para adelante.


Esa sentencia de Ortega y Gasset que titula esta entrada no desautoriza la otra célebre sentencia del filósofo español: "Argentinos, a las cosas...".


En otras palabras, hagámos lo que tenemos que hacer. Porque vos sos vos y tu alrededor, todo en uno. Si lo sabrá Ortega, que vivió entre nosotros. Podés ver la placa que conmemora ésto en la Recoleta, muy cerca de La Biela, ese café tan recoleto donde durante añares se sentaron millones de argentinos bien a discutir cómo mejorar este país sin darse cuenta de que eran ellos mismos los que lo hacían así de trucho, injusto y decadente. Suerte para La Biela que un tal Borges lo visitaba seguido. Al menos se dio el gusto de inspirar un poco de poesía.


En fin, seamos un poco más poetas con nuestra circunstancia y démosle al entorno la altura que nos merecemos, porque somos (también) el entorno.


O será que nos merecemos ésto?

05 septiembre 2007

y qUé haCer cOn eL OjO


Mirá, si lo tenemos será para algo. Alguna vez alguien me dijo que nada está al pedo... Que todo tiene algún sentido; y si no parece tenerlo, démoselo!

Si podemos ver, miremos. valga ésto como editorial. Y si ya que tenemos y miramos, pensemos un poco lo que vemos.

¿Es posible ser crítico sin ser quejoso, mala onda o como se llame? ¿Siempre tiene que estar todo bien por consejo del psicoterapeuta o de la boba que se sienta con vos?

Tal vez debamos dejar de poner cara de feliz cumpleaños cuando se para el subte a mitad de camino y el gremio te deja a gamba. Para no terminar explotando en un ataque de Rambo criollo al mejor estilo "Gaucho Zoilo" (les recomiendo ver ese dibujo animado).

Mirar, pensar, actuar... Hay con quién hablar, dicutir en buenos términos las cosas; hay Libros de Quejas (o debería haberlos según la ley) en estaciones y oficinas públicas; hay gente que piensa y se calla -qué feo!- pero piensa y debería hablar.

Porque hay tanto que NO ve, NO piensa y HABLA!!! Tanto francotirador doméstico que AHHHH!!! Hablen los que saben mirar, por favor.

No te quedes callado. Te necesitamos.

Hasta la semana que viene