bUsCaR (en este blog ó en internet)

21 marzo 2018

OjO cOn lA InTeLigEnCia aRtiFiCiaL

Me dice una amiga que le preocupa esto de las IA (Inteligencia Artificial). Le preocupan en tanto deshumanización, o suplantación de lo humano por un prototipo de lo humano. A mí, de eso me preocupa que, a futuro, el humano tome como modelo a imitar esa IA, que no es más que imitación de la IH (Inteligencia Humana).

¡Imagínense! Estaríamos intentando ser tan inteligentes como lo es una idea de nuestra propia inteligencia ya concebida de antemano. Eso sería la muerte de la inteligencia, de la idea real de inteligencia, que es una capacidad que depende del permanente desarrollo.

Sería algo así como intentar ser pintores imitando siempre a un pintor consagrado, o ser músicos componiendo solo en un estilo predefinido y legitimado, el de Mozart por ejemplo.

En contrapartida a esta idea bizarra, está el verdadero artista, con su IAr (Inteligencia Artística); con él no se puede lidiar, ya que siempre buscará una salida al callejón de la imitación. El buen imitador, sabemos, carece de todo arte.

Esto nos permite esperanzarnos. Las AI son inteligencias, pero no genialidades. Son incapaces de generar un Picasso o un Deleuze Menos que menos un Beethoven.

¿El mundo irá olvidando esos "lujos anacrónicos" del arte, en pos de los nuevos beneficios de los nuevos sistemas?, se pregunta mi amiga.

Sin duda, los mejores tiempos del arte ya pasaron. Manrique tenía razón; claro, él era un artista... y visionario: Todo pasado fue mejor.

¿Quedará, el arte, como una práctica obsoleta, parte de un pasado incomprensible?

Aquel arte sí; ese que definía un Nuevo Mundo (como se llamó alguna vez a una sinfonía). El arte que nos queda es chiquito, hiperadaptado, decorativo a medias, anecdótico. Negocio del arte, digamos. No veremos nunca más a otro Van Gogh.


Aunque nunca demos por muerta esa capacidad del humano llamada Rebeldía